Valie Export irrumpe en un cine porno en 1969 exhibiendo su triángulo púbico espantando a los mirones escopeta en mano. Marina Abramovic reivindica la acción en 2005 y le da la publicidad que otorga el Guggenheim de Nueva York con una sofisticada metralleta. La respuesta del público en la primera acción fue huir. En la segunda comparecer a la liturgia.
Valie se siente agredida, reducida a sexo femenino. Así es como me veis y así es como tengo que defenderme. Abramovic revisita la acción Aktionshose: Genitalpanik (Acciones de pantalón: Pánico genital) al amparo de la institución.
Regina va más lejos en su doble revisión de Valie y Marina y se muestra como un travesti que enseña un sexo masculino de plástico. También lleva una metralleta. Así es como quiero ser en este momento y así es como tengo que defenderme. Parece un hombre vestido de mujer que finge ser un hombre. Lo que es, es asunto suyo.
El sexo se ha multiplicado. Conviven realidades, simulacros, variaciones y mutaciones. Cal por la mañana, y Calíope Helen Stephanides a la hora del té. Diferente según con quién y my profile en cada site. De todo eso habla Regina, todo esto quiero poder ser, y sé defenderme. Todo filmado, aspirado por la cámara, y lanzado a la pared, con el vídeo engullendo la realidad multisexual y multiplicando su reivindicación en el ciberespacio.La acción de Regina es compleja. Ella está sentada en una silla sobre una tarima. Tras ella se proyecta un vídeo que documenta la acción de Abramovic y en el que aparecen fotos de Valie. Y frente a Regina hay otra gran proyección donde se muestra el conjunto de la acción, tal como se está desarrollando en ese momento. Tomoto, el audaz videoartista que acompaña a Regina filma lo que sucede y lo lanza a la pantalla, lo vuelve a filmar y alimenta constantemente. El visitante se encuentra en la pantalla, junto a Valie, Abramovic y Regina, observando a los anteriores visitantes que a su vez observaban la pantalla. La pantalla engulle todo lo que está ocurriendo y lo coloca en la red. El visitante queda en YouTube antes de salir de la exposición. No sólo eres voyeur, sino también contexto. NO-ESTÁS-AL-MARGEN.
A Regina le gustaría presentar su acción en la calle pero el desnudo sigue siendo un tabú aunque sea de plástico. Ella querría llegar en autobús ya travestida, mostrando su cola, y hacer su acción en la sala de espera del consultorio de la seguridad social, en el vestíbulo de la agencia tributaria, o en el hall del Banco de España. Llegar con una silla plegable, hacer su performance, y marcharse con la misma naturalidad después de dar la mano o besos y abrazos a los allí presentes. No llegar como Marina escoltada de comisarios, artistas y visitantes museizados, demasiados de ellos motivados por el morbo de ver un monte púbico de renombre. Repitiendo la acción hasta que un sexo sea tan cotidiano que los presentes en el Banco de España sigan con sus instancias y reclamaciones haciendo caso omiso del lustroso plástico de Regina. Hasta que la única cola a la que presten atención sea la de la ventanilla correspondiente para no perder el turno. “Regina, ¿es usted la última?” Hasta entonces la acción es oportuna.
Propongo, si no las hecho ya: Que cada tímido caracol o caracola, y cada exuberante mejillón, viscosa ostra enjoyada o delicada almeja, fresco berberecho, altiva langosta o incontestable pez espada, pueda ser filmado y exhibido en una pequeña pantalla de plasma colocada en tu entrepierna, Regina, y que sea tu sexo el que engulla la realidad visible de cada uno, diciéndole aquí estás tú, aquí miras, aquí te ves, y esa acción sea nuevamente filmada y proyectada en la pared, tu Regina magnificada, olímpica mediatrix concibiendo al mundo libre de toda culpa.
CRÍTICA
JESÚS ANDRÉS