Me despierto con sed de grasas lípidos huesos. Venero esta hambruna. Me ha hecho leal. Leal a cuanto me alimenta y nutre. Me resisto a morir de hambre. Tengo piernas de pollo. De animal despellejado. Después de seis meses a base de migas, de ropa vieja, muy vieja. Mas que piernas tengo rastrojos. Camino por la ciudad y le pregunto si tiene algo de comer. Vuelvo a casa entre calles vacías. El hambre me hace costuras en el cuerpo. Miro a los pájaros como luchan por las migas. Como los vagabundos buscan en la basura. Por si quedará al menos un trozo de algo, un rasguño de comida. Una pequeña ración de vitaminas. Todo huele a meado. Me entran ganas de robar. Miro también las sobras en las terrazas. No hay manera de acercarse. Todo tiene sabor. Miro todo cuanto hay a mi alrededor. Busco céntimo a céntimo para llegar a una barra de pan. El pan me obsesiona. Puedo olerlo a distancia. Puedo sentir como se fragua cada noche.
YAN NAZCA
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MADRID 2012
